viernes, 29 de octubre de 2010

Cartas de amor que se queman

Ultimamente; y Usted bien lo sabrá, he aprendido a dormir los murmullos de este amor en silencios, entibiando excusas para calmar la ausencia y aquietar el alma. Pero el no verle, ha transformado a mis ojos; en dos profundas y tristes grietas, en dos heridas que no quieren sanar ni pretenden disfrazar ya nada.
He dejado de lado el desenfado y todos los pudores para desnudar la piel de tanto desencuentro, de tanto descamino adolorido y esta procesión de deseos abandonados.
Pero me quedan frescos los recuerdos, los temblores nerviosos de vos y de mi... de ese nosotros estremecido con la pasión casi divina en la que nos fusionabamos y volando,
volabamos las palabras del amor...

Cuantos momentos desvestidos, cuantos puentes trazados confrontando alma con alma en el universo de un abrazo.
Y otra vez el silencio, paisaje de pasillos y multitudes en blanco, de no pronósticos y sincapítulos que se levantan y danzan... Me habita la sombra.
No hay ecos ni murmullos, me abarca la nada, la gran nada de nuestro viejo pacto de amor.

jueves, 10 de junio de 2010

Epistola primera (Otoño)

Como pudiendo modificar los silencios le escribo… como si estas líneas fueran a golpear su puerta, caminar sus calles o metiéndose en su alcoba, buscaran ambiciosas amalgamarse a su alma.

Estos días de ausencia que llegan a la par del otoño a Buenos Aires, sin viento, carentes de esa fuerza natural para barrer hojas y recuerdos; ansían una señal. Despertar con la noción del tiempo engrilletado, marcado por el distanciamiento que instala tantos momentos sin usted como horas de escarmientos, necesitan saber que aún se abraza asimismo en soledad como encontrándome sin lograrlo pero sintiendo, -porque así lo hago también-. Compañero, ladrón de mis juicios y centinela nocturno, usted enciende mis sentidos y suelta mis manos con expresiones que prescindo de maquillar… ¿que lo extraño y necesito? Ya no es novedad, la pregunta que ronda ahora es… Por qué.


Muy lejos, donde los ecos son pálidos
Y las noches navegan solitarias
Solo palabras se forjan
Como estelas que mi lengua aprende a trazar
Procuro encerrar
En la penumbra de algún invierno
La antojadiza pausa de su boca
El quisiera acurrucándose
Y un suspiro adelgazado por los hierros
Que la distancia se niega a soltar.

Siempre suya.

Tahdyja Brher


“Nada no es solamente nada, es también nuestra cárcel” A.Porchia

viernes, 4 de junio de 2010

Abstinencia.

Abstinencia de ti, de mí, del sudor ceñido que ejercen sobre mí tus palabras.
Abstinencia de la ternura de mis letras… de saberte, de tenerme. Abstinencia de gozarme, de encontrarme sin buscarme, de hacernos el amor y seguir rodando presentes sobre almanaques lejanos. Abstinencia de reescribir entre relámpagos, este amor que nació nuestro y la historia, milagro huidizo de otros tiempos…

Ultimo punto de los puntos suspensivos que imploran mas, como quejido entre gemidos de enorme boca… de boca abierta, de peligrosa cornisa desmanejada que ya no sabe esperar
Y a la vez se llama al silencio.


Muro al otro lado roído del tiempo, que entiende solo un idioma, el nuestro.
Jugándose a duelo el alma.

solo un idioma, el fragor de los poetas…

martes, 18 de mayo de 2010

Enarbolando los mismos Heroes, las mismas penas... y tumbas

De barquitos y otras injusticias...

Entre un silencio de manos vacías
y la brisa de otoño que nos llaman
mueren las tardes,
meciendo días en noche
para deshojar los infiernos
que logren dormir las tristezas
y sanar en estas bocas
las estrías heridas
de tanto esperar