jueves, 27 de septiembre de 2012

Aquí mi secreto mas grande y el peor guardado...

Usted me conoce mejor que yo misma y bien sabe que me secaría por dentro o me encontrarían estallada en algún rincón de este sur si me privara de gritarlo. Mi corazón vibra en sus latidos, mi cuerpo toma la forma de sus palabras cuando le oyen y la niña que mora aquí dentro salta en brincos cuando lo sabe cerca. A veces creo que basta sentarme a pensarlo con un boligrafo entre mis manos para que me crezcan antiguos y largos vestidos, esos mismos que usted dice querer arrancar para siempre, para que yo sonría; y a pesar de ser este tiempo sin tiempo, un momento extraño y trajinado, letra a letra; carta a carta, vamos creando caricias que luchan por sobrevivirnos mientras yo en soledad me cuento y releo mil veces aquel texto sobre la paciencia de Gabilondo que pareciera haberlo escrito a semejanza nuestra Don Angel, o para salvarnos del instante; mientras dejo subcionarme por las bocas que me ofrece el arte en su abanico de texturas, colores y letras… etapas que puedo disfrutar y creo que otros también, aunque no alcancen a llenarme. Ahora mismo intento decifrar como sería hacerle el amor mientras termino este grabado y convocar por un rato al olvido o inmiscuirme en alguna amnesia momentánea para no sufrirlo en cada recaída, en cada distanciamiento y en cada problema que se nos va presentando, pero es dificil… Debo continuar, en toda la expresión de la palabra, pero le dejo aquí estas letrillas que hice hace algún tiempo, mientras sigo esperando por usted. Los labios, hijos del silencio sufren, siempre sufren por los besos no entregados, por las palabras no pronunciadas y se duelen... Aunque en el fondo sueñan... saben, que en el mismo silencio que los vio nacer, un día recorreran los caminos deseados de su piel. “Juntos volvían a ser aquello que no eran, pero que tan bien les hacía sentir” Siempre suya Tahdyja Brher

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